La figura de observadores
a bordo hace 16 años se encuentra instalada en el imaginario social y
burocrático del circuito de pesquería de los puertos patagónicos. La aparición
del nuevo rol en embarcaciones generó rispideces que fueron superadas con el
paso del tiempo. La batalla por lograr un reconocimiento institucional a través
de un convenio colectivo de trabajo, y los intereses económicos que operaron para desacreditar el nuevo rol a bordo.
El Coordinador del Programo Observadores a bordo Néstor
Santibañez, comentó que el sistema
surgió en el año 2000, a través de un convenio con la Universidad
Nacional de la Patagonia para implementar un sistema de monitoreo permanente de
la dinámica de la Flota Pesquera Provincial. La función de esta nueva figura se
encuentra reducida a trabajos biológicos de observación de las especies que son
extraídas del mar.
Los datos de cada especie capturada son volcados a una ficha
técnica específica, la labor a bordo finaliza con un informe escrito que es
elevado a la Secretaria de Pesca de la Provincia, “para que la autoridad de
aplicación tome la determinación que crea conveniente".
El observador relató, "una de las razones por las
que se comenzó a implementar el nuevo rol, fue porque la figura del inspector
estaba muy mal vista arriba de los barcos”, recordó que antiguamente existían
problemas para lograr embarcar a inspectores, “es que a veces todo lo que
pescaban en alta mar y no correspondía a la temporada de la especie que se
estaba sacando, era todo llevado a tierra por decisión de la autoridad a
bordo”.
Nueva Figura y
Tensión
El hombre estimó que las medidas que tomaba un inspector
perjudicaba económicamente al empresario pesquero, “ya que en temporada de
langostino, si hace un lance de 300 cajones y solo 100 de esos cajones son de
langostino y el resto es de merluza, raya, pez gallo y tiburón, “mugre”, como
se dice en la jerga pesquera, el inspector tiene el poder para decidir llevar
todo a puerto y eso no da rédito económico al empresario. Y cuando llegan al
muelle, todas esas especies que no sirven se tiran al basural”.
Cuando la figura de observador a bordo comenzó a aparecer en
el circuito pesquero, se vivieron momentos difíciles, “sobre todo en el primer
año, más que nada en los barcos grandes, es que no les gustaba que pasemos sus
datos, cuánto capturaban, qué especie tiraban al agua, se hizo difícil”,
recordó el Coordinador, “hasta que entendieron como era nuestra labor”.
Los recuerdos de Santibañez sobre los primeros momentos
arriba de un barcos, estuvieron marcados por la tensión para los espectadores
de la faena de pesquería, y dan cuenta de fuertes discusiones e incluso “a un
compañero de trabajo le tiraron la ropa y la planilla al agua, pero pese a todo
con el paso del tiempo, finalmente lograron aceptarnos, porque están pescando
en aguas provinciales, con permisos de Chubut, por lo tanto tienen que
someterse a las leyes de nuestra provincia”, sostuvo.
Las rutas marítimas que recorren los navíos son diversas y
se dividen por sectores habilitados para la pesca. Los observadores “se
encuentran en diferentes barcos, flota artesanal, flota costera, fresquera,
tangoneros y también centolleros. En la actualidad, ya nos tienen encuenta y no
es sorpresa que lleven a uno de los nuestros”, explicó al tiempo que argumentó
que la nueva imagen a bordo se encuentra contemplada no solo por normas
provinciales, sino también por quienes participan del proceso de captura
–Marineros-.
Captura de Langostino
y Merluza
La información que derivan los observadores al área técnica
de la Secretaria de Pesca, gira en torno a las especies que se extraen como
acompañantes de la que se explota en temporada, y luego nuevamente son
arrojadas al mar, el tamaño de los peces es otro de los datos que se tiene en
cuenta, “también se realiza un muestreo para conocer el sexo y si están para desovar,
toda la información y seguimiento es utilizada por las autoridades competentes
quienes tienen la potestad de tomar decisiones”.
El langostino rojo o gambón Austral, es una especie que
tiene mayor punto de concentración frente a las costas patagónicas sobre la
plataforma del mar Argentino. Recorre las aguas próximas al fondo marino de
esta zona, y la región de mayor densidad se encuentra en el Golfo San Jorge en
aguas de la provincia de Chubut y Santa Cruz. Es considerada la especie
principal en la pesquería de crustáceos
del Atlántico sudoeste.
En tanto la merluza, es la otra especie de explotación
comercial que se encuentra en el cono sur americano, Argentina, Chile y Perú.
La especie más aprovechada en América es la merluza argentina, por ser un
recurso de gran tamaño y la más conocido entre los consumidores. Cabe recordar
que años atrás, la intensa captura de la especie en la cuenca pesquera
argentina ocasionó que su población disminuyera drásticamente. “Durante la
temporada de captura del langostino también se atrapa mucha merluza que luego se
arroja al agua”.
Condición Laboral
Según explicaron, cuando surgió la nueva figura allá por el
año 2000 la condición laboral de los observadores era la de proveedor del
estado, “nosotros trabajábamos en los tangoneros y andábamos 40 o 50 días
embarcados, y después teníamos que estar 40 días más para poder cobrar, ósea
que durante 2 ó 3 meses no veíamos plata”, recapituló Santibañez. Recién
después de diez años, “logramos un convenio colectivo de trabajo que nos brindó
estabilidad laboral y económica”.
“Antiguamente íbamos averiguar por nuestro pago después de
dos meses, y nos decían: ustedes tiene que esperar porque son como cualquier
proveedor, siendo que nosotros éramos empleados de la Secretaria de Pesca. Pero
nuestro recibo decía proveedor del estado”, se lamentó, por lo tanto, fueron
sometidos a lo que significa estar ubicados en ese lugar.
El hombre también marcó que se encuentran bajo la protección
institucional de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), cuyo liderazgo
a nivel provincial se encuentra en pugna entre Guillermo Quiroga -ahora figura
como interventor normalizador- y Edgardo Hompanera, representa a la lista
opositora.
Cuestionamientos en
el 2013
Hace unos años atrás se cuestionó la veracidad de la
información que los observadores cargaban al papel, Santibañez especuló que,
“esa medida fue llevada adelante por un sector del empresariado que buscaba que
se cierre la pesquería de langostino en los buques tangoneros. Los argumentos
de los empresarios en aquel entonces se centraron en que se estaba tirando
mucho langostino al agua, situación que no era real”, afirmó.
En ese momento, se cargó las tintas sobre los observadores,
y se cuestionó la credibilidad de los datos que derivaban a la secretaria, “las
críticas llegaron desde la flota amarilla y un sector del SOMU, ellos decían
que no pasábamos los datos reales”, el Coordinador de los observadores, no se
extendió sobre las razones por las que el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos
y un sector de la flota amarilla, se sumaron a las críticas del empresariado,
pero dejo en el aire la sensación de que un negocio turbio entre las partes
estaba en juego.
El hombre de mar, finalizó sosteniendo que más allá de las
críticas o cuestionamientos que existan, “a nosotros nos respalda el trabajo
que hacemos, muchas veces otras entidades como pesca Nación o pesca Santa Cruz
nos solicitan información, entonces los reproches que puedan aparecer sobre
nuestra función a bordo obedecen en la mayoría de los casos a factores
económicos”, reflexionó.





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